El muro
Más allá del silencio
se nos ha reservado
el humo del universo.
Venimos como nidos de aves sabias
que en medio de los sollozos del alba
visitan nuestro propio pesar.
No hay líneas
que nos protejan escribiendo
con su peso latente
pues sólo así llevan también
sus brazos al día único
de la repartición de sudor.
Más allá el ardor de los caminos
pasará por cada piedra
que exude su polvo milenario
la luz que ha culminado en tolvaneras
y mas allá solo láminas opacas
que voltean la cabeza contra los amos.
Los años quedaron regados
por el insurrecto campo
almas antes prisioneras del encanto
que ahora navegan y se regocijan
en la superficie quebradiza del frío.
Lo mío es lo tuyo y lo tuyo
es un río taciturno pero lúcido.
En sus curvas
que bien dividen el quebranto
no es el llanto
pero si su manto bordado
con años ásperos, anchos y
ruidosos el que
ha venido a erigir este muro.