El volcán enamorado
Uf, uf, uf que pena;
ay, ay, ay la altura me mata;
uf, uf, uf que pena,
ay, ay, ay la nieve me acaricia demasiado.
Pónganse de pie mis adversarios y no dejen pasar mi cólera
entre los tratados de locura:
Recuerden que un santuario es requerido para cada error
que divulgue mis pecados:
para indagar la verdad de mis humos
basta con las sandalias de Sócrates.
Uf, uf, uf que pena;
ay, ay, ay la altura me mata;
uf, uf, uf que pena
ay, ay ay
la nieve me acaricia paralelamente
y con sus reglas amartilladas me saca humo de los ojos.
Uf, uf, uf que pena;
ay, ay, ay la altura me mata;
uf, uf, uf que pena
ay, ay ay
la nieve enlutada con geografía me acaricia.